FOLCLORE NAVIDEÑO O ZEP TEPI

La Tierra realiza varios movimientos simultáneamente: uno diario alrededor de su propio eje, otro anual alrededor del Sol y un tercero —llamado «de precesión»— en el que el eje longitudinal de la Tierra se mueve como una peonza, trazando un giro completo cada 26.000 años. Puntualizando aun más, el giro de la tierra alrededor del Sol —llamado «de traslación»—, se completa en un periodo de 365 días y un cuarto de día. Tal es así, que con el afán de que las estaciones sigan coincidiendo en las mismas fechas, cada cuatro años se ajusta ese cuarto de día sobrante, mediante el cómputo de un año con 366 días llamado año bisiesto. No obstante, el movimiento «de precesión» dará como resultado que muy poco a poco en el hemisferio norte las navidades, si aun queda alguien para celebrarlas, se celebren bajo un sol de justicia.

La Navidad es una celebración o sentimiento folclórico muy arraigado en todas las civilizaciones, pues se corresponde con la creencia ancestral llamada en la mitología del antiguo Egipto «Zep Tepi o principio de todas las cosas». La Navidad no es nada más que una fecha que conmemora eso, el nacimiento de un ser superior o el fin y el principio de un nuevo lustro o era.

Y es que resulta que ahora la cultura nos hace incultos, pues tendemos a creernos el ombligo del mundo, que nuestra verdad es absoluta, pues pensamos que no existe tiempo anterior al que vivimos, ni posterior al que viviremos. Con tal fin en nuestros días, podemos pensar que es bueno renunciar a nuestro propio folclore navideño (el que toca según la moda), como rebeldía ante lo que estimamos injusto o absurdo, pues sabios de nosotros, hemos caído en la cuenta que no todo el mundo es feliz en Navidad. Somos seres sociales y si renunciamos a nuestro folclore, será siempre para sustituirlo por otro, pero ello jamás pervertirá el sentido universal de considerar LA FELICIDAD como uno de los fines de la conducta, y que por lo tanto, esta deba ser considerada como uno de los criterios de la moral.

Nuestra moral y folclore nos exigen que seamos felices en Navidad, y sin renunciar a nada, eso es lo que debemos de hacer, ser felices, intentar hacer felices a los demás, y nunca, nunca, dejar de celebrar la NAVIDAD o ZEP TEPI.

AUTOR: José Emilio Balsalobre Arnaldos